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[Reportaje] Sentir Venezuela: una década promoviendo la cultura venezolana en Ontario

Este año el Grupo Cultural Sentir Venezuela celebra sus 10 años de fundado. Después de cinco años muy activos en Toronto y sus alrededores, la organización sin fines de lucro vivió los efectos de la pandemia, de los cuales no se recuperó del todo. Sin embargo, este año retomará los talleres infantiles para seguir promoviendo las tradiciones venezolanas en estas tierras canadienses.

Femmes en costumes folkloriques jaunes, bleus et rouges représentant le Venezuela.

El Grupo Cultural Sentir Venezuela hizo un evento en enero de este año para arrancar con las celebraciones de su décimo aniversario.

Foto: Facebook / FAUSTO DOMINGUEZ via Sentir Venezuela

Maria-Gabriela Aguzzi

En Canadá, entre las migraciones latinoamericanas, la venezolana es una de las más recientes. A diferencia de otras comunidades latinas, como la chilena o las centroamericanas, los venezolanos comenzaron a emigrar a Canadá en números importantes en la década de los 2000. Se han ido organizando y cuentan con diversas representaciones a lo largo del país.

Una organización en particular ha logrado superar los retos naturales que tienen las comunidades inmigrantes, incluyendo los efectos de la pandemia. Se trata del Grupo Cultural Sentir Venezuela (Sentir Venezuela Cultural Group).

Esta organización, basada en Toronto, Ontario, comenzó como un grupo de danza, fundado por tres mujeres venezolanas, Francis Gotopo, Carla Soto y Dayris Rodríguez,con el objetivo de promover y transmitir el interés por las costumbres y las tradiciones venezolanas a través de la danza folklórica. Toronto, además de ser la ciudad más populosa de Canadá, con más de seis millones de habitantes en su área metropolitana, es también la ciudad canadiense donde vive la mayor diáspora venezolana, con unas 8. 000 personas, de acuerdo con los datos oficiales del Departamento de Estadísticas de Canadá.

Sentir Venezuela es hoy una fundación sin fines de lucro y su alcance va mucho más allá de la danza. Aunque el trabajo ha sido duro y la recuperación no ha sido total tras los efectos que la pandemia tuvo en el sector cultural, el grupo sigue preparándose para producir espectáculos que cautiven no sólo a la comunidad latinoamericana sino también a la canadiense.

Una idea tras una noche de flamenco

Une femme vêtue d'une robe tricolore.

Francis Gotopo, una de las confundadoras de Sentir Venezuela. Ingeniero de profesión, bailarina de corazón.

Foto: RCI / María Gabriela Aguzzi

La vida profesional de Francis Gotopo nada tiene que ver con la danza folclórica. Trabaja en el mundo de las tecnologías de la información y le apasiona la inteligencia artificial. La idea de crear un grupo de baile venezolano, que luego se convertiría en el grupo cultural, surgió luego de una noche de flamenco.

"Carla Soto y yo nos conocimos bailando flamenco en Toronto. Después de una salida que hicimos para ver a una bailaora venezolana nos quedamos conversando y llegamos a la conclusión que era chévere que eventos como ese convoquen a la comunidad, pero que sería mejor incluso tener representación venezolana en las actividades que hay en la ciudad", comentó en entrevista a RCI Gotopo, ataviada con el tricolor venezolano en su ropa y accesorios.

Convertirse en madres y el querer transmitir un pedacito de la cultura de origen, una experiencia con la que muchas madres pueden identificarse, impulsó a las dos venezolanas a darle forma a aquella idea que tuvieron después del espectáculo de flamenco. Con el apoyo de Dayris Rodríguez se pusieron manos a la obra para crear Sentir Venezuela.

Sin ser bailarinas profesionales, pero con mucha práctica de flamenco y conocimientos particulares en mercadeo, producción artística y visión ejecutiva, las tres mujeres lanzaron una convocatoria dentro de su comunidad y seis personas más se sumaron al proyecto.

Deux costumes vénézuéliens typiques.

Una manta guajira venezolana y un traje típico. Muchos de los trajes que usan en el grupo fueron hechos en Venezuela, generando también un impacto positivo en su país de origen.

Foto: RCI / María Gabriela Aguzzi

"En diciembre de 2014 tuvimos nuestra primera presentación oficial en el Bazar Navideño, que es el evento venezolano por excelencia en Toronto. En ese primer cuerpo de baile tuvimos no sólo venezolanas, sino una chica ucraniana y una nicaragüense, que se habían sumado a las prácticas y quisieron participar", contó la ingeniera.

El siguiente paso en el crecimiento de la organización fue incorporar músicos que pudieran acompañar, en vivo, las presentaciones de danza folclórica, una petición que les hizo su propia audiencia. Munidos de arpa, cuatro, que es un instrumento de la familia de las guitarras, y maracas, varios músicos dirigidos por José Javier Blanco se sumaron a la iniciativa de promover desde los ritmos que acompañan a los Diablos Danzantes de Yare, hasta el tradicional joropo.

Establecerse como una organización sin fines de lucro

Gotopo reiteró a RCI que cuando se emprenden iniciativas de esta naturaleza, el querer no es suficiente. La falta de recursos amenaza generalmente la continuidad de los proyectos. Como se trata de un grupo de baile folclórico, además del trabajo voluntario de las bailarinas aficionadas, es necesario coordinar también el vestuario, las locaciones para ensayar y los músicos. Ante esta realidad, el grupo decidió convertirse en una organización sin fines de lucro al año y medio de haberse creado.

"Pensamos: vamos a necesitar donaciones. Los vestuarios son caros. Sabíamos que si nos registrábamos como organización sin fines de lucro tendríamos beneficios para alquilar lugares para ensayo y otras ventajas. Para ello nos tuvimos que organizar mucho más, darle una estructura, establecer una junta directiva. Buscamos mucha asesoría".

Así evolucionamos y se fue sumando mucha gente maravillosa. Soy muy cuidadosa al emplear el término familia, pero realmente nos hemos convertido en una familia
Una cita de Francis Gotopo, directora de Sentir Venezuela

Logros

Sentir Venezuela se ha presentado en grandes eventos culturales en diferentes ciudades de Ontario, incluyendo el Carassauga Festival, uno de los festivales multiculturales más grandes de Canadá que se celebra a finales de la primavera de Mississauga.

La actividad del grupo cultural estuvo a tope durante sus primeros cinco años de funcionamiento. Fue como un boom, celebró Gotopo, agregando que el momento de mayor actividad, Sentir Venezuela pudo dictar talleres de bailes venezolanos en dos ciudades de Ontario gracias a la participación de dos profesionales que sumaron técnica al grupo.

Filles vêtues de costumes vénézuéliens typiques

El primer taller de danza venezolana para niños que creó Sentir Venezuela. La foto es de Michael Zender, un fotógrafo canadiense que fue asiduo a las presentaciones de este grupo cultural.

Foto: Cortesía / Michael Zender

Si bien el poder representar a Venezuela en los festivales y eventos en los que ha participado es uno de los mayores logros para la organización sin fines de lucro, para Francis Gotopo, otro motivo de orgullo es ver cómo los niños que han tomado los talleres de baile a lo largo de esta década han crecido con el grupo. 

Celebrar los 10 años

Sentir Venezuela está en plenos preparativos de su décimo aniversario. Tras la pandemia, que tuvo un impacto importante en su desarrollo, el grupo sigue motivado y trabajando con las uñas para seguir promoviendo la cultura venezolana en Toronto.

"En estos momentos estamos también evaluando la incorporación de más miembros en la junta directiva. Es una de las cosas que nos estamos planteando en el marco de los próximos 10 años", indicó.

"Tenemos años soñando con hacer nuestra propia producción, así que seguimos analizando estrategias para renovar el interés en el grupo, para crear alianzas que nos permitan lograr ese objetivo. Queremos solicitar ayudas gubernamentales y las necesitamos", agregó.

Aunque aún no han definido cuándo ni dónde celebrarán a lo grande el décimo aniversario, Francis Gotopo aseguró que están preparando una producción, quizá más modesta, para octubre, en el marco del Mes de la Herencia Hispana.

Lo que sí tienen previsto es retomar los talleres infantiles de danza venezolana a partir de abril, así como participar en varios de los festivales veraniegos de Toronto y sus ciudades aledañas, siempre con ese mismo norte que se plantearon hace 10 años: hacer conocer la cultura venezolana en todo su esplendor en estas tierras canadienses.

Maria-Gabriela Aguzzi

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