Luis Buñuel: la biografía que desvela quién fue en realidad el enigmático cineasta

  • El hispanista que más sabe de Lorca, Ian Gibson, descubre al público parte de la verdadera historia de Buñuel en la que puede considerarse la primera biografía seria del cineasta.
  • "Hay una anterior de un inglés, pero es muy deshonesta" señala el autor, que ha reflejado en casi mil páginas la época del creador de Un perro andaluz que va de 1900 a 1938.
  • "Quería ser escritor", confirma Gibson, "pero jamás tendría el talento de Lorca".
Luis Buñuel
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Adentrarse en el misterio que fue Luis Buñuel (Calanda, 1900-México, 1983) era sin duda una de las tareas más complejas a las que podía hacer frente un biógrafo serio. Acaso ello explique que hayamos tenido que esperar algún tiempo para la obra que Ian Gibson acaba de publicar: Luis Buñuel. La forja de un cineasta universal (Aguilar). Es la que podemos considerar la primera biografía en condiciones del creador de Un perro andaluz.

"La única biografía que había era la de un inglés, y era muy deshonesta" cuenta Ian Gibson a 20 Minutos. "Y no es por presumir, pero para esta biografía hacía falta muchísimo trabajo y un bagaje".

El biógrafo de Lorca y Dalí, el hispanista Gibson, era la persona con ese bagaje, escrupuloso hasta el punto de: "He tardado meses en hacer el índice y la bibliografía". Ardua tarea la de consultar todo lo existente acerca del artista y sobre todo discernir qué era verdad y qué no, porque en Buñuel hay mucho de leyenda y mentira. Él mismo escondió muchas de sus realidades.

Envidia, celos, terror y un salvaje sentido del humor

Sus complejas relaciones con Dalí y Lorca, la enfermiza obsesión por su madre (su complejo de Edipo lo marcó de por vida), su deseo frustrado de ser escritor y la imposibilidad de tener el talento de quienes lo rodeaban, su terror a la muerte, su inmenso sentimiento de culpa por la muerte de su padre... En Buñuel había motivos de sobra para querer pasarlo todo por un filtro que lo ficcionase y lo volviera arte, separándolo de la verdad.

Sin embargo: "Todo Buñuel está en Un perro andaluz, él lo sabía, y así lo dijo". Es por ello que en la biografía ha incluido el hispanista el guión de Un perro andaluz, "porque sin eso no se puede entender del todo a este creador. Puede sonar raro eso de meter un guión, pero en este caso está justificado: Buñuel está en esas páginas". El germen de su otra gran obra maestra, L'Age d'or y la semilla del documental sobre Las Hurdes Tierra sin pan ya están en la citada cinta.

"Quería ser escritor y tenía talento, pero le costaba mucho esfuerzo", cuenta Gibson, "y ni de lejos tenía el talento de Lorca, su imaginación y su fantasía. Es que Lorca era capaz de escribir un libro de poemas sobre una máquina de escribir. ¿Cómo iba Buñuel a competir con eso?"

Acaso en parte eso explique la extraña relación entre ellos. "Al final de su vida dijo Buñuel que Lorca era la persona más maravillosa que había conocido, pero no era eso lo que en las cartas que se conservan decía del poeta. Lo llamaba asqueroso y maricón". ¿Pero nunca fueron amigos? ¿Ni siquiera en la Residencia de Estudiantes?

Habla el hispanista de la dificultad de ser amigo de un gay en aquella época, años veinte, incluso en un ambiente como el de la Residencia. "Era complejo ser amigo de un gay sin serlo o sin que te lo consideraran y Buñuel era un macho, macho, macho". ¿Tan machista como para encerrar en una casa a la que terminó siendo su mujer al quedarse embarazada? "Ella lo llamaba 'mi moro', la tenía a su disposición, no le permitía tocar el piano y le avergonzaba mostrarla en público al considerarla una inculta".

Envidias, celos, y cómo no, ese tremendo y obsesivo amor a su madre que marca la obra de Buñuel. "Hasta tal punto tenía complejo de Edipo que deseó la muerte de su padre, así que cuando murió se sintió culpable hasta el final de sus días". Reconocer esto no es posible, así que es fácil comprender la razón por la que a Buñuel la mentira le hacía libre.

En cuanto a la polémica relación Dalí-Buñuel o Buñuel-Dalí, Gibson expresa su parecer. "Era una relación amistosa profunda, no creo que hubiera connotaciones sexuales por parte de Buñuel. Lo que ocurrió fue que cuando apareció Gala, Buñuel se sintió en un segundo plano y eso le hizo sentir mucha furia y rabia".

Pero lo que de verdad no superó nunca fue el amor a su madre y la culpa por la muerte de su padre. "Tan evidente era que el hermano menor de Buñuel decía: Luis es mi padre".  Todo esto generó una lógica vergüenza. También lo que yo creo que tenía era una clara tendencia sadomasoquista. De hecho él sí dijo que era muy fetichista". Todo ello hizo de Buñuel ese creador que se salvó con el arte y con el sentido del humor. "Buñuel poseía un tremendo sentido del humor. Solía decir: un día sin dos o tres sonrisas no tiene sentido".

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