Luis Buñuel en el Festival de Cannes en 1954
Luis Buñuel, el director de cine comunista que dijo que Franco era «un tipo estupendo»
Se cumplen 40 años de la muerte de uno de los más admirados cineastas de la historia por los propios cineastas
La izquierda, siempre la izquierda como expropiadora cultural, cogió también a Luis Buñuel para incorporarle a sus filas, y eso que confesó que no era demócrata. Es verdad que perteneció al partido comunista en los años 30. Siempre que le preguntaban si era comunista, ya con Franco en el poder y él viviendo en Estados Unidos, en Francia y en México (pese a que realizaba frecuentes visitas a España), siempre respondía que él era republicano. Confesó que no era demócrata y que le gustaría hacer una película contra todas las ideologías. «Pero no entiendo de política», dijo.
Dalí, su gran amigo de juventud, sí fue partidario de Franco. Un libro del pintor en el que decía que Buñuel era de izquierdas y ateo le costó el trabajo en Estados Unidos. Aquello fue el fin de su amistad cuando se encontraron para pedirle explicaciones. El comunismo de Buñuel fue mayormente por amistad, por sus amistades comunistas, pero su ideología era tan poliédrica y lacerante como estalinista hasta la muerte de Stalin.
El Gobierno de Franco emitió al principio de la Guerra este comunicado sobre él: «Se informa a esta Jefatura Superior que Luís Buñuel, sujeto morfinómano y alcohólico, que durante estos últimos tiempos ha estado en París al servicio de la propaganda roja, parece intenta penetrar en nuestro territorio. Dicho sujeto fue autor y director de una película sobre las Hurdes que era un verdadero descrédito para España», lo que no impidió que treinta años después se entrevistara con el dictador y dijera de él:
«Es un tipo estupendo. Con una visión... Fenomenal tipo. Muy simpático... Pero lo que más me gustó es que, cuando me marchaba, se acercó a la puerta y gritó: '¡Carmencita, haz una tortilla con chorizo para Buñuel, que se marcha!».
La Residencia de Estudiantes
Siempre a la vanguardia, formó parte de las tertulias artísticas de Madrid en los años 20, en el Café Pombo, con Ramón, y también de las tertulias ultraístas. Escritor en revistas, poeta, articulista, miembro de la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Dalí, Lorca o Juan Ramón, viajó a París a mediados de la década. Allí se inició en la dirección escénica y, a través de ella, se zambulló en el cine como medio de expresión total.
Primero como ayudante de dirección, como crítico en revistas, en Francia y en España. Atrapado por el surrealismo de Breton, del que ya no saldría, incluso en lo ideológico, la realización de Un Perro Andaluz (con guion de Dalí), que fue originalmente un poema, le introdujo en los círculos franceses como una nueva figura del movimiento. La Edad de Oro, nuevamente escrita por el pintor de Figueras, fue un escándalo que provocó el ataque y la censura de fascistas franceses que duró hasta 1980 y que hasta tuvo en peligro de excomunión a sus productores, los vizcondes de Nouailles.
Luis Buñuel dirige a Catherine Deneuve y Fernando Rey en 'Tristana'
Fue curiosamente después cuando se afilió al partido comunista, casi como una reacción natural. Trabajó en la Metro Goldwyn-Mayer, en la Paramount y en Warner Brothers antes de que el inicio de la Guerra Civil le pillara en Madrid. Había firmado un manifiesto contra Hitler, así que se marchó de España, siempre en contacto con la República, gracias al cual pudo salvar a amigos que apoyaban el bando franquista. Volvió a Hollywood para supervisar películas sobre la Guerra Civil y luego trabajó para el MoMA, de donde fue despedido por las calificaciones que de él hacía Dalí en su libro.
Primer Oscar español
Después vino México, donde encontró el éxito y el fracaso y donde se clavó su definitiva divisa como cineasta de culto. Películas como Los Olvidados (por la que fue elegido mejor director en Cannes) le procuraron problemas con la censura y las costumbres y el Gobierno. Buñuel, siempre al límite debido a su vanguardia, a sus ideas artísticas, a sus expresiones, al surrealismo incomprensible, pero valioso, que iba germinando, conquistando poco a poco el esquivo equilibrio entre su arte y el público que sin embargo nunca llegó a alcanzar. «¿Has visto alguna vez política en mis películas? Nunca. No hay en ellas nada político. No me gusta la política. En este terreno, me encuentro libre de ilusiones desde hace cuarenta años. Ya no creo en ella», dijo ya como leyenda. Surrealista.
Carlos Saura y Luis Buñuel en 1982
La Palma de Oro en Cannes por Viridiana, Belle de Jour y el León de Oro de Venecia o el primer Oscar español por El Discreto Encanto de la Burguesía enfilaron el mito que desapareció hace 40 años en México y pervivió para siempre entre los cineastas futuros.
Comentarios
