Los sirvientes de Machu Picchu eran esclavos de tierras lejanas conquistadas por los incas

Arqueología

Un estudio ha analizado el ADN de hasta 34 personas que estuvieron al servicio del emperador y de las élites en los siglos XV y XVI

Machu Picchu

Las ciudad inca de Machu Picchu 

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Machu Picchu no solo fue el hogar de la realeza inca y de otros miembros de la élite, sino también de sus asistentes y trabajadores, muchos de los cuales vivían en la ciudad durante todo el año. Unas 750 personas, incluido el emperador, vivían en el lugar durante la temporada alta entre mayo y octubre. Y no todos esos residentes eran locales. Un nuevo estudio ha revelado que la mayoría de los sirvientes procedían de tierras lejanas, de territorios conquistados por los incas.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Tulane, liderado por el profesor de arqueología Jason Nesbitt, ha analizado por primera vez el ADN de las personas que habitaron hace más de 500 años la ciudad perdida situada en la región de Cusco, en el sureste de Perú.

Parte de una propiedad real del Imperio Inca

El sitio arqueológico, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO y que recibe miles de visitantes cada año, fue parte de una propiedad real del Imperio Inca, que gobernaron la zona andina de América del Sur desde principios del siglo XV hasta mediados del siglo XVI, cuando los españoles derrocaron su poder.

Un siglo antes de la conquista hispana, los incas habían construido un enorme palacio en lo alto de las montañas del sur de Perú, probablemente para el emperador Pachacuti, que reinó entre 1438 y 1471. Pero aún ahora se sabe poco sobre los orígenes y la vida de los sirvientes que dirigían esta hacienda.

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El explorador estadounidense Hiram Bingham en su tienda cerca de Machu Picchu en 1912 

Terceros

Para poner un poco de luz sobre las sombras, los especialistas han estudiado esqueletos que fueron excavados y llevados a la Universidad de Yale en 1912. El Gobierno peruano los reclamó durante mucho tiempo, pero no fueron devueltos hasta 2012. Ahí fue cuando se abrió la posibilidad de analizarlos, algo que hasta entonces era imposible.

Los resultados obtenidos por el equipo de Nesbitt, según explican en un artículo publicado en la revista Science Advances, indican que una gran diversidad en los orígenes de los sirvientes. “Estos restos nos hablan sobre las personas de menor estatus, sobre la población de criados”, explica el arqueólogo de Tulane.

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Muchos miembros de la realeza eran atendidos por hombres conocidos como yanacona (probablemente del quechua yanakuna, "esclavos de la nobleza"), que no eran incas. Habitualmente se los traía de tierras conquistadas y se presentaban como obsequios al emperador. Las mujeres, conocidas como "aclla", también fueron sacadas de sus hogares y entregadas como esposas a estos sirvientes varones.

El yanacona y la aclla atendían juntos todas las necesidades del emperador, sus invitados y otras personalidades del Imperio Inca mientras participaban en banquetes, cantos, bailes y cacerías y realizaban importantes ceremonias religiosas.

Vista del poblado de Machu Picchu.

Vista del poblado de Machu Picchu 

Terceros

Los investigadores compararon el ADN de 34 individuos enterrados en Machu Picchu con el de 36 pueblos antiguos y modernos del Valle de Urubamba, también llamado Valle Sagrado, al norte de la capital inca del Cusco, para ver hasta que punto estaban estrechamente relacionados.

El análisis mostró que esos asistentes procedían de todo el altiplano andino y la costa, algunos de lugares tan lejanos como la Amazonía. Pocos de ellos compartían genética entre sí, lo que demuestra que habían sido traídos al sur de Perú de forma individual y no como parte de un grupo familiar o comunitario.

Cerámica simple y de estilo no inca

“No hay nada de la genética que te diga que estas personas eran criados”, apunta Jason Nesbitt. Este dato lo ha confirmado a partir de los restos arqueológicos como la cerámica simple y de estilo no inca enterrada junto con estos individuos y el análisis de la información histórica.

Durante el último siglo se han descubierto las tumbas de casi 200 personas que murieron entre los años 1420 y 1532 en Machu Picchu. Sepulturas que se había asumido albergaban los restos de los sirvientes yanacona y aclla que atendían a la familia real. El reciente análisis ha encontrado una diferencia significativa: la mayoría de los hombres procedían de las regiones montañosas, mientras que las mujeres tenían ascendencias mucho más diversas fuera de las tierras altas.

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