Índice de embarazos en niñas de menos de 15 años es muy preocupante

Marco Estratégico Regional de Prevención y Reducción del Embarazo Adolescente No Intencional, moviliza Gobiernos de Paraguay, Argentina, Brasil, Uruguay y Chile.


En el caso de los nacimientos en adolescentes precoces, es decir las que son menores de 15 años, podemos identificar que el rango oscila entre el 0,4% en Argentina y Chile, 0,5% en Uruguay, 0,6% en Paraguay y 0,9% en Brasil. Si bien estas proporciones son bajas, su ocurrencia es altamente preocupante. En un año, estos suman aproximadamente 180 nacimientos en Uruguay, 674 en Paraguay, 900 en Chile, 3.000 en Argentina, y 21.000 en Brasil. 

Se debe resaltar que estos nacimientos, al igual que sus madres, merecen un tratamiento, análisis y políticas sociales específicas que incluyan la prevención, debido a la complejidad y gravedad de sus causas. 

Estas cifras son las que movilizan hoy a los gobiernos de los cinco países a presentar el martes 6 de junio, a las 10 horas, en el hotel Crowne Plaza Asunción el Marco Estratégico Regional de Prevención y Reducción del Embarazo Adolescente No Intencional. Esta invitación es liderada por los Ministros de Salud Pública y Bienestar Social, doctor Antonio Barrios, de Educación y Ciencias, doctor Enrique Riera, y de la Secretaría Nacional de la Niñez y la Adolescencia de Paraguay, doctor Ricardo González, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Una porción importante de estos embarazos en niñas de menos de 15 años es resultado de situaciones forzadas y de abuso, o coerción, acorde a los datos del Reporte de Fecundidad y maternidad adolescente en el Cono Sur: Apuntes para la construcción de una agenda común. La situación es más compleja cuando el abuso ocurre en el seno intrafamiliar, atendiendo todas las consecuencias psicológicas que sufre la niña adolescente, y más aún en las situaciones en las que son justamente las personas que debían protegerla, quienes fueron responsables o cómplices del abuso, o la acusan por denunciarlo.

Por otra parte, no es fácil establecer la magnitud exacta de las situaciones de abuso o coerción, dado que en los casos en los que la adolescente indica haber “consentido” tener relaciones sexuales, lo hace sin tener necesariamente claro a qué está accediendo, ni las potenciales consecuencias que esto conlleva. Esto refuerza el rol clave que puede y debe jugar el sector educativo en la prevención de la violencia y del abuso sexual a partir de la profundización de la educación sexual integral.

La maternidad en adolescentes con menos de 15 años implica mayor riesgo de morbimortalidad materna y perinatal, y nacimientos de bajo peso. Así, de acuerdo a datos de las estadísticas vitales de los respectivos países, tanto en Paraguay, como en Argentina, Chile y Uruguay la proporción de nacimientos de bajo peso son superiores a la de las adolescentes entre 15 y 19, y a la de las madres adultas. Una de las razones es posiblemente la demora en realizar su primer control prenatal, ya sea por un descubrimiento tardío del embarazo, o por vergüenza y miedo a hablar con sus familiares. Otro tema importante a considerar que revelan estudios cualitativos es la ocurrencia de violencia obstétrica y maltrato médico durante los controles prenatales y el parto, lo que sin duda apela a la necesidad de que sean atendidas por personal capacitado y sensitivo que las contenga y acompañe.