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14 diciembre 2022

Las verdaderas luces de la Navidad

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La Navidad es una de las celebraciones más extendidas en todo el mundo. A ello ha ayudado la religión, el cine y las grandes campañas de marketing. Las calles de las ciudades, comercios y casas se llenan de la decoración típica navideña, que intenta recordar la fría noche en la que se conmemora el nacimiento del niño Jesús en Nazaret. Sin embargo, las raíces de esta fiesta ahora global son más astronómicas que religiosas. Recordamos ese origen y lo celebramos con una guía para observar el cielo de diciembre, uno de los más espectaculares de todo el año.

Entre el 21 y el 22 de diciembre tiene lugar todos los años el solsticio de invierno, cuando las noches dejan de crecer y comienzan a menguar, y el momento de la noche más larga y el día más corto de todo el año. En la actualidad, unas horas más o menos de luz, o el cambio estacional de temperaturas, ha llegado a ser algo casi trivial gracias a luz eléctrica y la calefacción, pero para los pueblos que vivían en latitudes intermedias del hemisferio norte —donde esta variación de horas es máxima—, era un asunto importante. Se trataba del final de un ciclo natural, en el que la oscuridad dejaba de crecer y comenzaban a aumentar las horas de luz; un triunfo en una batalla entre luz y sombra.

BBVA-OpenMind-Tosar-Luces de Navidad_1 La decoración navideña intenta recordar la noche en la que se conmemora el nacimiento de Jesús en Nazaret, pero las raíces de la fiesta son más astronómicas que religiosas. Crédito: Jonathan Chng
La decoración navideña intenta recordar la noche en la que se conmemora el nacimiento de Jesús en Nazaret, pero las raíces de la fiesta son más astronómicas que religiosas. Crédito: Jonathan Chng

Mucho antes de que se llegara a celebrar la Navidad, cuando la luz del día aumentaba después del solsticio de invierno, los romanos celebraban el festival del Sol Invictus (Invicto), donde el dios Helios (o Sol) triunfaba sobre las tinieblas. Los germanos y escandinavos celebraban el nacimiento de Frem, dios nórdico del Sol Naciente. Los aztecas celebraban la llegada de Huitzilopochtli, dios del Sol, y los incas el renacer del dios Sol o Inti. La relación entre estas celebraciones y el solsticio parece clara.

Las constelaciones más espectaculares

Sin embargo, el solsticio no es el único protagonista astronómico en estas fechas. En esta época se dan las noches más largas del año en el hemisferio norte, y también las más frías. Esto favorece la inversión térmica, un fenómeno meteorológico que permite ver las estrellas en las mejores condiciones de transparencia y estabilidad. Las noches estrelladas en lugares con poca contaminación lumínica son realmente sobrecogedoras. A las buenas condiciones de observación del hemisferio norte, se suman —sobre el horizonte sur en el hemisferio norte y sobre el norte en el hemisferio sur— desde principio de la noche las más espectaculares constelaciones del cielo:

  • A primera vista, capta toda la atención la constelación de Orión, el cazador, con su estrella más brillante, Betelgeuse —de color rojo—, y las tres estrellas de su cinturón. Bajo este, a simple vista, podremos ver un borrón, pero con unos prismáticos o un pequeño telescopio aparece una forma reconocible: la gran nebulosa de Orión (M42, según la nomenclatura de objetos Messier). Es como una guardería cósmica de estrellas recién nacidas.

  • Hacia el norte de Orión se puede ver la constelación de Tauro, con otra estrella roja como insignia: Aldebaran. En la zona, es fácil reconocer un pequeño cúmulo de estrellas: M45 o el cúmulo de las Pléyades. Al sur de Orión podremos encontrar con facilidad la estrella más brillante que se puede ver en el cielo en todo el año: Sirio, en la constelación del Can Mayor.

    Astrofotografía (izquierda) y diagrama del Hexágono de Invierno. Crédito: Óscar Blanco / Borja Tosar

Si ponemos a Betelgeuse en el centro y juntamos a Aldebarán (la estrella más brillantes de Tauro) con Rigel (el pie de Orion), seguimos a Sirio en el Can Mayor, Procyon en el Can Menor, Castor y Polux en Géminis y Capella en Auriga, tendremos un hexágono que nos ayudará a recordar esta zona del cielo.

ATASCO DE PLANETAS EN LA ECLÍPTICA

Los planetas visibles a la puesta de Sol, la noche del 25 de diciembre, con la línea de la eclíptica por donde transitan marcada. Crédito: Borja Tosar/Stellarium. 

El anochecer del día 25 de diciembre de 2022 nos va a regalar una de las vistas más espectaculares del cielo de la temporada. Es una ocasión especial —que no sucede todos los años—, para ver a la vez, de un vistazo y alineados en la eclíptica, los cinco planetas que son visibles a simple vista:

  • Justo después de ponerse el Sol, mirando en dirección suroeste, podremos ver los planetas Venus y Mercurio. Venus es muy fácil de cazar, incluso con luz crepuscular (pues solo el Sol y la Luna brillan más en nuestro cielo). Mercurio es un poco más escurridizo y hará falta buena vista para verlo, en este caso podemos ayudarnos de unos prismáticos, pero solo si el Sol ya se ha puesto (si, por despiste, usando prismáticos nos encontramos con el Sol, este podría causarnos daños irreparables en la vista).
  • Recorriendo el cielo hacia el este (izquierda) y subiendo nos encontraremos la Luna, apenas iluminada una raya en fase creciente. Si continuamos recorriendo el cielo nos encontraremos algo que parece una estrella no muy brillante, y que en realidad es el planeta Saturno
  • Júpiter es fácil de localizar, justo encima del Sur a la puesta de Sol, es el punto más brillante que se puede ver en el cielo después de Venus. Con ayuda de unos simples prismáticos, se pueden apreciar con facilidad cuatro pequeños objetos alrededor, que son sus lunas más grandes: Ganímedes, Calisto, Io y Europa. 
  • Si continuamos nuestro recorrido hacia el este, nos encontraremos el último planeta visible, Marte, con apariencia de una estrella muy brillante y de color claramente rojo. 

La mejor lluvia de estrellas fugaces del año, las Gemínidas

Aunque la lluvia de estrellas fugaces Perseidas, que se produce en agosto, es la más famosa, no es considerada por muchos astrónomos la mejor. Las Gemínidas suelen tener más actividad y dar meteoros más espectaculares, por lo que por muchos es considerada la mejor lluvia de fugaces del año. Cada mes de diciembre, la Tierra pasa por la nube de polvo que deja tras de si el asteroide Faetón y cada una de esas pequeñas partículas que choca contra la atmósfera a una velocidad de kilómetros por segundo, se calienta hasta volatilizarse, desde el suelo vemos su brillo y velocidad como una estrella fugaz.

La lluvia de las Gemínidas se produce cada año entre el 4 y el 17 de diciembre y nos regala hasta 150 estrellas fugaces por hora, en condiciones ideales. Para no crear falsas expectativas hemos de aclarar que esas condiciones son difíciles de conseguir —el radiante de la lluvia tendría que estar en el centro del cielo, con oscuridad total— y que el dato es para el cielo entero, una cúpula de 360º que la visión humana no puede abarcar, por mucha atención e ilusión que le pongamos. Siendo realistas, desde latitudes intermedias y alejándonos un poco de las ciudades, se pueden ver fácilmente entre 20 y 40 estrellas fugaces por hora en el momento de máxima actividad de las Gemínidas, en torno a la noche del 14 de diciembre. 

BBVA-OpenMind-2020-Estrellas Navidad 3-La constelación de Geminis saliendo sobre el horizonte del hemisferio norte. Crédito: Borja Tosar/Stellarium
La constelación de Geminis saliendo sobre el horizonte del hemisferio norte. Crédito: Borja Tosar/Stellarium

Para observar el mayor número de meteoros debemos situarnos mirando hacia la ventana del este y observar entre el horizonte y el medio del cielo. Las fugaces parecen surgir de la constelación de Géminis, por lo que mirar alrededor de la constelación, no directamente a Geminis, si no a los lados, es la mejor estrategia para cazar estrellas. Quedarse hasta poco antes del amanecer también es una buena estrategia, justo antes de que salga el Sol se produce la mejor configuración entre el movimiento de la Tierra y la nube de polvo, con lo que se suelen ver las más espectaculares de la noche.

Las próximas semanas tenemos la oportunidad de disfrutar de las luces de la Navidad. Podemos quedarnos bajo las bombillas artificiales de la decoración navideña, o podemos aventurarnos un poco, alejarnos de las iluminación de las ciudades buscando un cielo oscuro y disfrutar de las verdaderas estrellas de la Navidad: las del cielo, que casi tenemos olvidadas.

Borja Tosar

@borjatosar

 Nota del editor: artículo actualizado el 14 de diciembre por el autor

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