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¿Por qué ponemos el árbol de Navidad? Qué simboliza y cuál es su origen

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Un árbol de navidad en tonos dorados desprende glamour y elegancia
Un árbol de Navidad en tonos dorados ha terminado por simbolizar 'glamur' y elegancia

No hay consenso sobre cuándo hay que poner la decoración navideña: si con el primer día de adviento, el día de Santa Lucía (13 de diciembre) o entre medias, en el día de la Inmaculada (8 de diciembre). Pero lo más seguro es que las dos primeras semanas de diciembre sean los días clave en los que decidimos, recopilamos (comprando o desempolvando) y colocamos todos nuestros adornos de Navidad.

Todos estamos familiarizados con la imagen del árbol, el Belén, las luces o el muérdago, pero su origen, a muchos, se nos escapa. ¿Por qué hacemos las cosas que hacemos en las fiestas? ¿Dónde se originaron estas tradiciones? ¿Qué simbolizan? Respondemos a todas estas preguntas trayéndote una breve historia de las decoraciones de Navidad.

El origen pagano del árbol de Navidad

La historia de la decoración navideña comienza en el antiguo Egipto. ¡Sí, en Egipto! Los egipcios introducían plantas en sus hogares durante el solsticio de invierno. El verde era un símbolo de esperanza y confort durante los fríos días y las largas noches. También servía de tributo a Ra, el dios del sol.

¿Y por qué acebos, pinos y abetos? Los pueblos germanos y vikingos celebraban el solsticio de invierno alrededor de una conífera alegremente decorada que llamaba “Yggdrasil”. En las regiones del norte, la fiesta pagana de Yule marcaba el solsticio de invierno y la promesa del regreso del sol. Los escandinavos utilizaban ramas de árboles, especialmente de estas especies, para decorar sus hogares.

El origen cristiano del árbol y sus adornos

Según una leyenda, lo inventó Bonifacio de Maguncia, el santo que evangelizó a los pueblos germanos. La historia dice así: Bonifacio vio a los "bárbaros" adorando a un roble que consideraban representación del dios Thor, así que cogió un hacha, taló el roble y lo sustituyó por un pino que, al ser un árbol perenne, simbolizaba el amor eterno de Dios.

El árbol de navidad moderno nace, posiblemente, en la Alemania medieval, donde, cada 24 de diciembre, se celebraba "La fiesta de Adán y Eva" con una representación teatral en la que se usaba un árbol decorado con dulces, manzanas, velas y nueces para representar el paraíso y añadir simbolismo relacionado con Cristo.

Inspirados por esta tradición alemana, los cristianos más devotos comenzaron a incorporar estos árboles adornados al interior de sus hogares en el momento más especial del año: en el que se conmemoraba el nacimiento de Jesús en Navidad.

Por influencia del Príncipe Alberto (esposo de la reina Victoria, de origen alemán), el árbol de Navidad aparece en Gran Bretaña como el primer elemento decorativo para estas fiestas. A España llega la costumbre a finales del siglo XIX, decorando un pino con manzanas y velas, que venían a representar el pecado y la luz, dando paso con el tiempo a las luces y bolas de cristal.

La historia de las luces

Hay una leyenda que vincula a Martín Lutero, el impulsor de la Reforma protestante, con la iluminación de los árboles de Navidad. Dicen que un día, durante la noche, Lutero vio una estrella fugaz en el cielo. Conmovido por la majestuosidad de los astros, quiso representar su brillo dentro de casa, por lo que añadió pequeñas velas a un árbol que él mismo cortó de su jardín.

Esta tendencia altamente flamable evolucionó gracias a la invención de la bombilla. Thomas Alba Edison fue quien la inventó, aunque fue su socio, Edward H. Johnson, quien vio en ella una oportunidad para hacer los árboles de Navidad aún más espectaculares (y rentables). En 1882, unió 80 luces rojas, blancas y azules en un cordel y las colocó alrededor de su árbol. Esto sucedió, por cierto, en la capital mundial de las luces: Nueva York.

Corazón - ¡En Nueva York el Árbol del Rockefeller Center ya se ha encendido!

Aunque tendrían que pasar casi 40 años para que las bombillas se utilizasen de forma oficial para decorar un árbol: fue en 1923 y en la Casa Blanca, donde se emplearon casi 3000 luces.

¿Y las bolas de Navidad?

En sus inicios, los árboles de Navidad se decoraban con manzanas rojas, fruta que representa el pecado original.  Pero las manzanas se echaban a perder, de ahí que se sustituyeran por bolas: esferas de vidrio, de plástico u otros materiales. Otro hecho que influyó también en este cambio es la sequía que se produjo en 1858 en el norte de Francia, que impidió el crecimiento de manzanas para poder decorar los pinos navideños.

El muérdago

Este elemento es clave en el mundo anglosajón y en los países nórdicos, y es muy probable que conozcas, gracias a las películas, su vocación romántica. Según la tradición, quien reciba un beso bajo el muérdago encontrará el amor que busca (o conservará el que ya tiene).

En realidad, el muérdago es una planta que los celtas asociaban a la fertilidad, así que es una tradición que también tiene origen pagano.

¿Desde cuándo se pone el Belén?

El Belén nació en la Nochebuena de 1223. Lo montó San Francisco de Asís, en un pueblo italiano, para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Fueron los franciscanos los que trajeron esta tradición a España en el siglo XIV.

Tradición belenista en Sevilla