Corría 1980 y Stanley Kubrick metía, directo desde las páginas de Stephen King, este terrorífico thriller en nuestras mentes inocentes a través de una de las mayores joyas del terror de todos los tiempos: El Resplandor. Que luego tuvo sus cosas, como todos supimos más tarde, como por ejemplo el nefasto trato con las terribles consecuencias psicológicas causadas a Shelley Duvall. Pero para cuando lo descubrimos ya era tarde para bajar la película de ese pedestal donde todos la pusimos.
Escenas terroríficas, como la habitación 237, el barman fantasma, Danny en su triciclo, la cascada de sangre, Jack en el baño o las escaleras… Kubrick nos dejó muchas escenas petrificantes para acompañarnos por los restos de los restos, pero ninguna, ninguna, tan inquietante como la de las gemelas Grady en el pasillo. «Hola, Danny… Ven a jugar con nosotras…».
Lisa y Louise Burns tenían doce años cuando se pusieron los vestiditos azules más escalofriantes del mundo. Era su segunda intervención en pantalla. La primera para cine. Y fue la última. Y aquí servidora no sabe si sentirlo o agradecerlo, la verdad.
La escena de las gemelas, desde hace más de cuarenta años, ha sido una de las más imitadas y recordadas en cine y televisión, donde han tenido referencias incluso en series punteras de animación.
Sin embargo, las actrices que interpretaron a tan terrible par se han dejado ver más bien poco fuera de los círculos más próximos a los eventos conmemorativos de esta escena, por lo que al grueso del público su imagen actual nos resulta completamente ajena.
Sin embargo, sí que tienen perfiles compartidos en redes sociales y, de vez en cuando, además de fotos de comidas, carteles y eventos varios, dejan caer una instantánea donde podemos verlas a ambas. Aunque, claro, cualquiera reconoce en ellas a las siniestras gemelas del Overlook.