Cuando Stanley Kubrick rodó el El Resplandor, el realizador jamás imaginó que el filme terminaría dejando un brillo inesperado por partida doble. Por un lado, la película se alzó como una joya del género del terror. Al mismo tiempo, también encumbró en la cultura pop la decoración de interiores con el minucioso cuidado de la dirección de arte que incluyó la que puede tacharse de la pieza decorativa más famosa de Hollywood: la alfombra de El Resplandor.
La icónica moqueta, atribuida al interiorista David Hicks, en encendidos tonos naranja y rojos con un patrón de hexágonos es tan recordada como la aparición de las tétricas gemelas, el desquiciante andar de Jack Nicholson y por supuesto, el recorrido del pequeño Danny Torrance sobre su triciclo en uno de los pasillos del Overlook Hotel.
Kubrick y el director de arte del filme, Roy Walker hicieron una minuciosa búsqueda hasta encontrar las locaciones y elementos como el trabajo de Frank Lloyd Wright que recrearan con alta fidelidad lo que años antes Stephen King había plasmado en la novela homónima. En su andar se toparon con la creación de Hicks, un interiorista británico que copaba los círculos de la Casa Real de Reino Unido ( se casó con Lady Pamela Pamela Mountbatten, prima del duque de Edimburgo) e incluso realizó proyectos para las monarquías de Medio Oriente.
¿Quién fue David Hicks, el interiorista creador de la alfombra de “El Resplandor”?
David Hicks, el temerario interiorista que conquistó a las élites, sobresalió por su trabajo que mezclaba patrones, inspiración en la antigüedad y referencias contemporáneas capaces de crear ambientes que rompían con el tradicionalismo británico. El interiorista nacido en 1929 no temía a hacer uso de colores y texturas estridentes que mezclaba con todo tipo de mobiliario, fuentes de luz y con sus propios diseños de tapices, textiles y alfombras, muchos de ellos creados especialmente para las élites. “Mezclar lo viejo con lo nuevo”, tenía como mantra.
Su aproximación a la creación de ambientes era tan temeraria que lord John Cholmondeley, un joven aristócrata cercano a Isabel II, contrató a Hicks para quitarle lo aburrido a los antiguos salones. El interiorista puso manos a la obra y revistió todo de color naranja, convirtiendo aquello en una caja “Hermés” gigante, según recupera el libro “David Hicks in Colour”.
El nacimiento de la alfombra roja de “El resplandor”
“Mientras más tonos de un color en especial se usen, mejor será el resultado”, solía afirmar David Hicks. La famosa alfombra destaca por la precisión de sus trazos y los hexágonos ordenados meticulosamente y el uso de tonos rojos y naranjas chillantes que se equilibran con el famoso color Coca-Cola al que David Hicks apelaba.
Aunque no hay una fecha precisa del surgimiento de la alfombra de El Resplandor, sí hay antecedentes del diseño de su patrón. De acuerdo con un artículo de Vanity Fair España, cuando Hicks y lady Pamela se casaron a inicios de los 60, el interiorista redecoró Britwell House, la casa-laboratorio de la pareja donde él creó una de sus primeras alfombras geométricas catalogada como “madre de la que luego usaría Kubrick en El Resplandor”.
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Hay incluso quien asegura que el mismo Kubrick dijo que el diseño de la moqueta evocaba “una parte tranquila” y otra de la que emanaba “el caos y la rabia”.
Desde que El Resplandor, una de las películas clásicas de Halloween, se estrenó, la alfombra se grabó en la mente de los espectadores y se ha mantenido como un ícono de la cultura pop que incluso ha aparecido en otros filmes como Toy Story o Birdman. Su popularidad ha sido tal que hoy se comercializan réplicas de lujo hechas a medida con el mismo patrón bajo licencia de David Hicks.
El impacto que tuvo en la decoración de interiores es tal que la pieza ha sido objeto de teorías en torno a su patrón geométrico y ha sumado a la mitología de The Shining. Una de ellas sugiere que los hexágonos de la alfombra atribuida a David Hicks y los movimientos del pequeño actor en una escena simulan una conocida jugada de ajedrez. Quizás Kubrick la haya dominado, pues su estrategia al incluir la alfombra de Hicks en su proeza cinematográfica fue contundente. Hoy, el encarpetado es sinónimo de El resplandor.
