Flaca, casi desnuda, atrevida y hasta un poco sadomasoquista se presenta Britney Spears en su más reciente vídeo, “Womanizer”.

La secuencia, una probadita de su nuevo disco “Circus” –a la venta desde el próximo 2 de diciembre– estrena esta noche en los principales canales de vídeo, pero está desde el viernes en la página oficial de la cantante estadounidense, britneyspears.com.

La canción, coescrita por Nikesha Briscoe y Rapheal Akinyemi, carece de elementos innovadores: las estrofas tienen casi la misma estructura melódica que ya había repetido la solista en “Toy Soldier”, “Hot as Ice” y “Perfect Lover”, de su quinto álbum, “Blackout” (2007). Sin embargo, la historia recreada en el vídeo se destaca por su coherencia y dinamismo.

La otrora “Princesa del Pop” aparece en una posición controladora, convirtiendo la seducción en un juego cuya única meta es la satisfacción propia a la vez que ridiculiza la imagen masculina. Además, refleja seguridad en sí misma al ejecutar la coreografía.

Es como si fuera la metáfora de la actitud que promete tomar ante la vida tras dos años de escándalos que opacaron su vida artística.

En una escena, hasta se sienta en una fotocopiadora para reproducir la silueta de sus glúteos sin ropa interior.

La dirección del vídeo estuvo a cargo de Joseph Khan, quien también supervisó el producto audiovisual de los éxitos de Britney, “Sronger” (2000) y “Toxic” (2004), se informa en el sitio de la artista.

El canal MTV presentará el domingo 30 de noviembre una entrevista en la que la intérprete de “Oops, I did it Again” conversa sobre su regreso a los escenarios, pues anuncia que el lanzamiento de “Circus” incluirá una gira de conciertos, lo cual había dejado de hacer desde 2004.

El “Oscurantismo” de Britney Spears, término que han empleado algunas revistas del corazón para referirse al silencio artístico de la cantante, comenzó en 2006 tras su divorcio de Kevin Federline.

En 2007, sus pasadías y “pasanoches” en discotecas, algunas de las cuales frecuentó junto a sus colegas Lindsay Lohan y Paris Hilton, desembocaron en su reclusión en un centro de rehabilitación. En febrero de ese año, mientras las publicaciones mostraban fotos de su vagina al salir de su auto, Britney era capturada por más paparazis rapándose la cabeza y pegándole a un fotógrafo con una sobrilla. Más tarde, perdió la batalla legal por la custodia de sus hijos Sean Preston y Jayden James, en un lucha en la que pocas veces se le vio en el tribunal.

Esta macacoa, sin embargo, no impidió que grabara “Blackout”, disco que recibió buenas críticas en el mundo del hard pop. Pero Brit recayó en el hoyo tras su sosa participación en los Video Music Awards de MTV de ese año