El lado personal de Arturo Pérez-Reverte: del ‘fuerte’ donde se refugia para escribir, hasta su hija arqueóloga apasionada por los secretos marinos (igual que su abuelo)

El escritor cartagenero, que este año ha publicado El problema final (Alfaguara), asiste este miércoles a El Hormiguero para analizar la actualidad.
Arturo PrezReverte.
Arturo Pérez-Reverte.Daniel Gonzalez

Arturo Pérez-Reverte ha conseguido a sus 71 años todo en el mundo de las letras desde que en 1986 publicara su primera novela corta, El Húsar. 21 años como corresponsal de guerra en los conflictos armados más terribles de los años 70 y 80, más de 40 de novelas, artículos y guiones y miembro de la Real Academia Española desde 2003, han convertido al escritor cartagenero en uno de los literatos más leídos en medio mundo. En lo que respecta a su vida personal, Arturo Pérez-Reverte siempre se ha guardado de las miradas indiscretas y poco se sabe de su faceta más familiar.

Arturo Pérez-Reverte junto a Macron y Felipe VI.

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Apenas conocemos que es padre de una hija llamada Carlota. La joven es fruto del amor de Pérez-Reverte y Blanca, una joven a la conoció mientras estudiaba en la universidad. Carlota Pérez-Reverte nació en Madrid en 1983 y heredó de su familia paterna la devoción por el mar (pasión que comparte con su padre hoy en día) y por la literatura. "De niña ya jugaba a excavar en el jardín y hacer agujeritos a la búsqueda de cosas. Después comprobé que bucear es una de las experiencias más maravillosas que existen. Y, además, en mi familia, el mar ha sido un elemento muy presente. Así, los dos aspectos se unieron y tuve muy claro a lo que quería dedicarme", dijo en una entrevista en ABC en 2017.

Carlota estudió Historia y Arqueología marítima y reside en Cartagena donde se dedica al mundo de la arqueología submarina. Es doctora desde 2021 por la Universidad de Cádiz con la tesis Arqueología subacuática y participación social. Elaboración de una guía de herramientas para la activación turística del patrimonio cultural marítimo y subacuático. Además, ha colaborado en algunos libros relacionados con historias del mar como Hombres de la mar, barcos de leyenda.

En 2019, la hija del escritor anunciaba la reactivación del proyecto de crear un museo submarino en Isla Grosa, una idea que ya ella misma junto a varios compañeros había presentado seis años antes a la Región de Murcia y que consistiría en crear una ruta visitable para buceadores de un yacimiento subacuático fenicio del Bajo de la Campana.

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Además del mar, a Carlota le une a su padre el amor por las Letras. Con tan solo 13 años ayudó al escritor con la creación de Capitán Alatriste. “Desde siempre me ha gustado mucho escribir y recuerdo como un momento mágico y precioso la colaboración con mi padre en la primera entrega de la serie de Alatriste. Me encargaba de rastrear documentación, encontré un montón de mapas, y también mi padre me contaba lo que iba a pasar en el siguiente capítulo y yo escribía a mano en un cuaderno que él todavía conserva”, contó en ABC.

Años después, Carlota se lanzó a escribir cuentos que regalaba a su familia y amigos y después escribió su primera obra de teatro sin más pretensiones que divertir a su familia. La obra se tituló Perdona si te mato, amor, una obra con tintes de Agatha Christie que finalmente fue representada en las Naves del Español en Madrid. El éxito fue tal que luego tradujo y adaptó también La comedia de los enredos de Shakespeare, que se representó en el Teatro Bellas Artes de Madrid en 2017.

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Pérez-Reverte provocó en 2020 un divertido momento en Twitter, donde el escritor es bastante activo, al bromear subiendo un vídeo de un joven rodeado de perros (el escritor es un gran amante de los animales): “Quiero un yerno como éste”, comentó, provocando algunos comentarios entre sus seguidores. “¿Y Carlota qué dice?”, preguntó uno de ellos. “Dice que sí. Que quiere un novio como ese”, respondió el escritor. Otro usuario subió una fotografía de la modelo Gisele Bündchen preguntando si su hija se parecía a ella. “La mía es ésta. Y así se gana la vida. Si es usted capaz de bajar a 30 metros de profundidad para convencerla, podemos hablarlo”, contestó Arturo con una imagen de su hija buceando.

Hace unos meses, en Vanity Fair charlamos con la sobrina de Pérez-Reverte, Cristina Vittoria, artista, que nos habló con gran cariño de su tío. “Todo lo que sé del mundo de la cultura es gracias a él. Él me ha ‘culturizado’ desde pequeñita. Le admiro muchísimo y me siento muy orgullosa de él. Como yo también escribo novela, no quería que la gente luego nos comparase porque él para mí es el más grande de todos los escritores vivos”, nos dijo.

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De las guerras a la literatura

Nacido el 25 de noviembre de 1951 en la localidad murciana de Cartagena, Arturo es hijo de José Pérez-Reverte, perteneciente a una familia de marinos mercantes, por lo que el mundo del mar y los barcos siempre estuvo presente en su infancia, ya que el joven Arturo ayudaba en el negocio familiar. Estudió un tiempo en los Maristas y completó el bachillerato en la rama de Letras en el Instituto Isaac Peral, donde ya comenzó a interesarse por el mundo de la literatura (pasión que le había inculcado ya su abuelo) y el periodismo al formar parte de Proa, la revista del colegio. Estudió tres años de Ciencias Políticas, carrera que compaginó ese tiempo con la de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Sus primeros pasos los dio en el diario Pueblo, donde trabajó 12 años como reportero, tiempo en el que también fundó la revista Defensa.

“Allí aprendí a no respetar ni a Dios ni al diablo, y que un periodista con un magnetófono está en las mismas condiciones que el presidente del Gobierno. Allí aprendí a desconfiar de las palabras grandilocuentes, aquello nos obligó a ser valientes”, ha dicho el escritor. Del diario pasó a la televisión al fichar en 1985 por Televisión Española donde su pasión por conocer mundo y contar historias le llevaron a ser corresponsal durante los siguientes nueve años. Presentó en RNE el espacio La ley de la calle y luego en TVE, en 1993, Código uno.

Como corresponsal de guerra cubrió conflictos en Líbano, El Salvador, Nicaragua, Chad, Sudán, Croacia o Bosnia, entre otros, aunque él siempre recuerda la Guerra de Eritrea de 1977, en la que estuvo desparecido varios meses y consiguió sobrevivir, como él ha relatado, gracias a sus amigos en la guerrilla. Presentó su dimisión a TVE en abril de 1994. “Entré en esa carrera para viajar, conocer chicas guapas y meterse en peleas... Y lo hice durante 21 años”, ha dicho sobre su profesión como corresponsal de guerra.

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A partir de ese momento se dedicó en cuerpo y alma a la literatura y comenzó su prolífica trayectoria como escritor de novela histórica. “Volví de una guerra que me dejó un poco raro y decidí escribir. No tenía intención de publicarla. Y entre guerra y guerra seguí haciéndolo hasta el best seller internacional que fue La tabla de Flandes. Fue una salida, un futuro. A partir de El club Dumas me lo planteé de una forma profesional. Yo no soy un artista. A mí la musa no me visita, yo salgo a trabajar cada día”, decía en el XL Semanal.

El maestro de esgrima, El club Dumas, La tabla de Flandes, La piel del tambor o El capitán Alatriste, novela que dio comienzo a la saga superventas, son solo algunos ejemplos de las obras que han conquistado a millones de lectores en todo el mundo (ha vendido más de 20 millones de libros). Desde 2003 ocupa el sillón T en la Real Academia Española y es doctor honoris causa por la Universidad Politécnica de Cartagena desde 2004. Su última novela la ha publicado este mismo año. Titulada El problema final, la novela está ambientada en los años 70 y es un guiño a las antiguas novelas de detectives.

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Su ‘Fuerte’ para escribir

Una casa en la sierra y un escritorio al que denomina el Fuerte y que tiene decorado con varias fotos familiares son los lugares donde Pérez-Reverte escribe. Allí cuenta además con una gran biblioteca en la que tiene más de 32.000 ejemplares. “Supongo que una cuarta parte no la he leído, y tal vez no llegue a hacerlo nunca. Pero es que una biblioteca, además de memoria y archivo de lo ya leído, es también compañía y proyecto de vida. Nada estimula más que estar rodeado de libros por leer”, decía en Twitter. Fruto de su infancia, Arturo sigue disfrutando del mar saliendo a navegar siempre que puede.