Las de demonios en pueblecitos del medio-oeste estadounidense
¿Qué? Una de las películas más terroríficas de los últimos tiempos, basada en la historia real de los Warren, una de las parejas de investigadores de lo paranormal más famosa del mundo.
¿Quién? Lorraine Warren (Vera Farmiga) y Ed Warren (Patrick Wilson) son un matrimonio al que la iglesia católica pide ayuda en caso de posesiones demoníacas. Un día llega a sus manos la historia de una familia azuzada por algo maligno y muy poderoso.
¿Por qué? Dicen que está basado en hechos reales y lo esté o no, el efecto es el mismo.
¿Cuándo? La escena en que "algo" aplaude mientras la familia juega al escondite.
Miedómetro: 9 calabazas. Ojo.
Las de criaturas monstruosas que surgen de las sombras en un ambiente más íntimo
¿Qué? Una madre y su hijo empiezan a sufrir la visita de un monstruo que parece esconderse en un cuento infantil que han empezado a leer.
¿Quién? En una casa demasiado oscura y silenciosa, una familia de dos empieza a creer que están siendo perseguidos por una criatura diabólica que quiere hacerles enloquecer. Combatirla va a ser una cuestión de vida o muerte
¿Por qué? Sin ser una película de terror al uso, es capaz de crear una atmósfera de horror puro, que introduce al espectador en el filme y le impide salir del mismo.
¿Cuándo? La escena en que el monstruo se manifiesta por primera vez.
Miedómetro: 7 calabazas, 8 si la ves de noche con las persianas bajadas.
Las de mansiones encantadas de donde nunca se sale
La maldición de Hill house (Netflix)
¿Qué? Un padre coge a sus hijos en plena noche y se los lleva de la casa en la que viven, después de que algo terrible le haya sucedido a su esposa.
¿Quién? Un elenco de rostros entre los que no hay celebrities o estrellas, pero que son una auténtica maravilla. Interpretan a una familia perseguida por una maldición que parece no tener fin y que tiene su núcleo en la extraña casa en la que vivían: una mansión que les quiere ver muertos.
¿Por qué? La serie de terror más brillante, aterradora y brutal de la última década. Una auténtica máquina de sustos y taquicardias, con escenas que le dejan a uno/a intentando volver a coger aire. Una bestialidad.
¿Cuándo? La escena del coche, la de la mujer del cuello roto, la del fantasma flotador… demasiado donde escoger
Miedómetro: 10 calabazas. Da miedo. Mucho miedo. Administrar con prudencia.
Las de grandes superficies vacías en medio de ninguna parte donde (seguro) acaban persiguiéndote
¿Qué? Un escritor frustrado pierde completamente los papeles (por decirlo de un modo suave) mientras ejerce de vigilante de un hotel de montaña con su mujer y su hijo, al lado de un laberinto.
¿Quién? Jack Nicholson y Shelley Duvall interpretan a una pareja que busca la tranquilidad del aislamiento y acaban metidos en un asunto bastante complicado. Él tiene un hacha y ella corre bastante rápido; el niño tiene un triciclo. Entre los tres y unos cuantos fantasmas, montan uno de los clásicos de terror más conocidos de la historia.
¿Por qué? Porque no hay nada que dé más miedo que Nicholson tratando de escribir una novela, volviéndose cada vez más loco. También porque Stanley Kubrick, el director, les hacía repetir cada toma cien veces y es probable que acabarán todos algo agitados. En la película se nota que todo el mundo está muy nervioso.
¿Cuándo? La escena del niño, con el triciclo, en el pasillo. Dándose de bruces con unas gemelas.
Miedómetro: 8 calabazas, 9 calabazas a veces, dependiendo de dónde y cuándo se visione.
Las que incluyen un imprevisible 'twist' que te deja ojiplático/a
¿Qué? Un tipo se presenta en una oficina del FBI para confesar algo terrible. El agente que le atiende prefiere no creer lo que le está contando, hasta que no le queda más remedio que hacerlo.
¿Quién? Un joven Matthew McConaughey se come la función en esta historia sobre dos chavales que un día reciben una misión muy especial de su padre (interpretado por Bill Paxton, también director): matar a todos los demonios con forma humana de una lista que –dice él– le ha mandado Dios.
¿Por qué? Porque hay pocas películas que pasaran tan desapercibidas siendo tan potentes. Un filme de terror clásico, con enjundia, pero visualmente moderno y con un reparto colosal.
¿Cuándo? La escena en la que el espectador descubre lo qué está pasando realmente, y no puede evitar soltar un "¡Pero qué demonios!".
Miedómetro: 6 calabazas al principio, 7 a la mitad, 9 al final. Una calabaza de las que parecen pequeñas. Y no lo son.
Las de cabañas que se caen a trizas en medio de un bosque tenebroso
¿Qué? Remake del clásico de Sam Raimi sobre un grupo de amigos que descubren, en una cabaña, un libro de carne escrito con sangre. Y deciden leerlo en voz alta.
¿Quién? Los amigos, un montón de demonios, cinco toneladas de sangre, cuchillos, hachas y una pesadilla que crece a velocidad desproporcionada y que nunca deja de fluir. El original cambió el cine de terror; esta se conforma con seguir su (salvaje) rastro de hemoglobina con gran estilo visual.
¿Por qué? Porque hay pocas películas que hayan llevado tan lejos lo del ‘gore’. Y porque aunque es francamente descarnada, el interesado encontrará un montón de detalles de clase alta. Ah, y a veces mete por ahí algo de comedia.
¿Cuándo? Cuando abren el libro y ven lo que hay dentro. ¿A quién se le ocurre abrir ese libro?
Miedómetro: 8 calabazas. Dependiendo de la resistencia al terror sangriento, pueden ser 7 o 9.